El Edén de Apolo y Dafne
Apolo por vencido no se daba, pues a los dioses cada noche
acudía para volver a ver a su amada.
Mas respuestas él no recibía, Zeus se
cansó de sus plegarias y una misión le encomendó: baja al mismísimo Inframundo,
derrota a la criatura de tres cabezas, conocido como Cerbero, guardián del Tártaro, deja escapar las almas
muertas, allí encontrarás el cuerpo de tu amada.
Apolo en su carro alado montó y dirígese al Inframundo a realizar su cometido.
Cerbero era la criatura más
peligrosa de aquel averno.
-Ábranse las puertas
-gritó Apolo.
Cerbero enfadado acudió a las puertas,
Cerbero enfadado acudió a las puertas,
-¿Qué buscas en estas tierras, Apolo, dios de la divina
distancia?
-Un alma he venido a buscar.
Cerbero avisó a Hades, dios del Inframundo.
-El
dios del inframundo pide 10 años a su servicio por cada alma.
10.000 años
perduró la encomienda de Apolo, mas cuando volvió a la búsqueda de su amada,no
encontró un árbol, sino un enorme jardín lleno de árboles.
Apolo, asombrado
por esta belleza, llamó a esto el Edén,
mas tantos árboles había, que a su
amada no encontraba entre tanta maleza.
-¡Oh! Maldígame, padre Zeus del Olimpo, si
no puedo estar con mi musa. Acuda a Peneo para que me convierta en laurel y
junto a sus brazos en este edén poder crecer.
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